Miró la pastilla en su mano, movió la cabeza como desaprobando lo que iba a ocurrir, se cercioró que no hubiera nadie en el camerino, tragó la pastilla y salió al escenario...
Los noticieros de espectáculos dijeron que esa noche había cantado como los verdaderos ángeles, lo apodaron: “El Príncipe”.
...su voz salía sin ningún esfuerzo de su garganta,
...se sentía con energía para cantar horas y horas.
De regreso a su camerino y a punto de pasar el efecto de la pastilla, se dejó caer en un sofá, cansado, como si hubiera corrido un maratón, no quería saber nada más y se quedó dormido... todo era felicidad.
Años después no quedó nada de esa voz, de tanto consumir la droga, su garganta emitía sonidos como de una lija resbalando por un trozo de metal...
Años después no quedó nada de esa voz, de tanto consumir la droga, su garganta emitía sonidos como de una lija resbalando por un trozo de metal...
Él culpaba a todos los que estaban a su alrededor en ésa época, decía que lo habían inducido a destruir su voz... pero no... había sido él.
Ningún veneno mata...
si no te lo tomas !!
Pensar es…
Podré preguntar si el relato está inspirado en algun artista en especial?, saludos!!
ResponderBorrarSi viviste en México hace varios ... varios años ... creerás que se trata de alguno ... pero hay mucho de ficción en el relato ... o tal vez no.
BorrarUn abrazo