Se levantó de la cama como todas las mañanas, fue al cuarto de baño, miró en el espejo una cara que reflejaba un cansancio que no se quitaba precisamente con dormir, con descansar, era de otro tipo, era más moral que físico.
Terminó de bañarse, de arreglarse de forma automática, se subió en su coche y partió hacia su trabajo...
Al llegar saludó a la misma gente, entró a la oficina que venía ocupando hace años y se dispuso a cumplir con el horario que le habían asignado, a realizar la rutina laboral, la que no cambiaba aun cuando cambiaran los rostros...
...nada le entusiasmaba,
...todo era repetitivo,
...nada era nuevo bajo el sol desde hacía tiempo.
Y así seguiría todo hasta que él decidiera salir de la caverna… aquella de la que hablaba Platón.
Enumerar la rutina a veces asusta
…pero es así !!
Pensar es...
Hola Daniel, la rutina puede hostigar hasta el mas grande aburrimiento, muy buena reflexión :)
ResponderBorrarFeliz inicio de semana!
... y es peor si no queremos salir de ahí.
BorrarUn abrazo